¿Para que sirve?

Te da la oportunidad de conocerse en cuanto a carácter, sentimientos, gustos, aficiones, ideales de vida, religiosidad. Permite la formación de la voluntad, combate el egoísmo, fomenta la generosidad, confianza, honestidad, el respeto; estimula la reflexión y el sentido de responsabilidad.

En muchas ocasiones se cree que situaciones que no se han resuelto en el noviazgo, como: agresiones verbales, físicas, falta de comunicación, poca afectividad, cuidado, arreglo personal, tacañería etc. No son importantes, y que se resolverán más adelante en el matrimonio; a estas situaciones se les tiene que prestar atención ya que pudiesen no mejorar.

Se debe tener cuidado con los celos, arranques de ira, ya que se tiene que respetar la individualidad de ambos, y no presionar con frases como: “no te pongas tal estilo de ropa”, “la persona que anda conmigo no hace tal o cual cosa”, “no te cortes el pelo”, ya que pueden ser señales de abuso, maltrato psicológico, verbal, y hasta físico.

Según Luis Palau (1990) ¿Verdadero amor?

Hoy en día hay una gran confusión, como resultado de novelas baratas, películas pornográficas y también como resultado de ciertas pautas culturales erradas. Yo diría que la palabra amor es una de las más distorsionadas de nuestro léxico. El término amor se ha prostituido. La gente cree que el amor es sinónimo de sexo. Pero en realidad el amor y el sexo no son sinónimos. Amar no implica necesariamente tener relaciones sexuales. Así como tampoco el tener relaciones sexuales implica que haya amor. El sexo es para expresar amor, pero no siempre el amor se manifiesta a través del sexo. La Biblia dice que debemos amar a todos porque “Dios es Amor” (1 Juan 4:8). Amor es aquello que hace buscar el bien de la otra persona, es el fundamento de la vida en relación. ( P.20).