No
hay nada que caracterice más nuestra era moderna que el deterioro y la ruptura
de las relaciones interpersonales. Por cierto que el resquebrajamiento inicial
se originó poco después de la creación de la vida humana. Adán y Eva se
alejaron de Dios, su primogénito mató a su hermano, y semejantes despropósitos
han continuado hasta nuestra época.
Ya
no confiamos en nadie. Las relaciones interpersonales no son tan permanentes
como antes. Los matrimonios de toda una vida han dejado de ser la norma
aceptada. Tampoco las profesiones o empleos son tan duraderos como solían ser.
La
Biblia es el libro por excelencia que trata acerca de las relaciones.
En ella se hace hincapié en la relación más importante que podemos tener como
seres humanos: ¡la relación con Dios
mismo! También nos muestra cómo la reconciliación con Dios conduce a una
restauración de nuestras relaciones con nuestros semejantes: cónyuges, amigos,
compañeros de iglesia o compañeros de trabajo.
Una
relación correcta con Dios y con el prójimo nos conducirá a un entendimiento
más claro y profundo del propósito de la vida.
En busca de una relación perfecta:
¿Sabes
cuál es el versículo que muchos jóvenes cristianos quisieran desaparecer? El
que está en 2 de Corintios 6:14 que dice, “No os unáis en yugo desigual”. Y
esto se debe a que muchos jóvenes cristianos buscan sus parejas entre jóvenes
que no comparten su fe, sin importarles las advertencias del señor, por lo que
tiene que pagar más adelante consecuencias a veces de manera dolorosa, algunos
que con el pretexto de evangelizar buscan una pareja, y dicen el alma para
Cristo y el cuerpo para mí. Siendo esto un perfecto error.
A
lo largo de nuestra vida nos han dicho que si queremos algo debemos esforzarnos
por ello. Nosotros como cristianos obtendremos las cosas en la medida en que
confiemos en Dios, y que todo lo hagamos con Él como protagonista.
Pese
a las enseñanzas que se dan, muchos jóvenes nos hacen caso omiso a esto y se
dejan impresionar por el joven que no es de la iglesia, y es allí donde deben
estar alertas.
Los
jóvenes cristianos deben estar consciente que su Padre Celestial quiere lo
mejor para ellos, deben confiar plenamente en Dios y el dará la pareja ideal.
Ahora Jesús prometió esto:
“Si
permanecéis en mí y mis palabras en vosotros, pedid todo lo queráis, y os será
hecho” Juan 15:17.
Por
ello solo debemos de confiar en Dios y Él se encargara del resto.
La
Biblia también habla que no nos confiemos de nuestros pensamientos, ya que no
son como los de Dios. El en su gran sabiduría, sabe quiénes somos y cuál es la
persona que nos conviene entonces nos es bueno ni sabio desesperarse ya que
Dios tiene todo bajo control.
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